Toda mi vida profesional ha ido siempre enfocada al mundo comercial, y llegué, por casualidad, al sector inmobiliario, que me fascinó, ya que no tenía que vender ningún producto si no un servicio, simplemente tenía que ser YO y decidí emprender esta gran aventura.

Me considero una persona afortunada porque siempre he trabajado en lo que realmente me gusta, pero ahora además de disfrutarlo lo comparto a diario con mis clientes. Trabajar en aquello que te gusta es lo que hace que los clientes se decidan por ti.

El trato con clientes compradores, vendedores, gestores, notarios, bancos, administraciones… es el pan nuestro de cada día y todos los días aprendo algo nuevo de cada uno de ellos.

El saber que con mi trabajo ayudo y hago realidad los sueños de la gente es para mi súper gratificante y he aprendido a valorar lo imprescindible que es el factor humano y emocional para poder alcanzar mis objetivos y verlo reflejado en los resultados y gratitud de cada uno de mis clientes, es algo recíproco porque yo les agradezco infinito la confianza depositada en mí.